martes, 14 de diciembre de 2010

comentario lectura VICENT VAN GOGH

Van Gogh, fue sin duda una persona comprometida con el arte. El fuerte sentimiento hacia la pintura, el color y el dibujo que sentía, el empeño de este señor por ser artista fue forjando un pintor irrepetible a lo largo de la historia del arte. Una persona realmente implicada en la creacción, en el análisis del mundo que le rodeaba. Apreciaba, en muchas ocasiones, cosas y situaciones para otras personas insignificantes. Se preocupó por la visión de una vida precaria. Por un mundo de sencillez bello por si mismo. Se dejó empapar por el afán impresionista. Se preocupó en encontrar los pequeños matices que crean el bello mundo que nos rodea. 
Se alejó de las cuidades, se interesó por la vida en el campo, por personas de una clase social baja y por escenas cotidianas. Si algo lo define es el amor a la pintura, el amor al arte.
Su precaria vida no fue un factor para venirse abajo. Su escaso poder adquisitivo en ocasiones lo privará de comer.
Fue una persona que prefirió tener con qué pintar antes que comer. Su hermano Theo, persona a la que irán dirigidas sus cartas, le ayudará  a sobrevivir.
Las cartas a su hermano nos recuerdan la sinceridad de Van Gogh  en estos escritos que nos habrirá su corazón hacia su mayor amor, la pintura.
Fue un señor obsesionado y preocupado por ese afán de superación, por ese afán de querer tener siempre una visión cada vez más profunda de las cosas, del mundo que le rodeaba, de las personas más bulgares y sencillas.
Compartamos o no su estilo de pintura, es una persona que a través de estas cartas a su hermano, nos hará reflexionar, sobre todo, por el significado del arte en nuestras vidas. Nos hará cuestionarnos que es el arte para nosotros y nos hará pensar una vez más, que tenía de especial este Van Gogh.

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